En este artículo pretendo mostrar la génesis de la consciencia y poner orden en la cuestión filosófica sobre la dualidad Mente-Cuerpo, y en consecuencia sobre la consciencia que, a pesar de ser iniciada de forma sistémica por Platón, fue Aristóteles quien la redefinió dentro de la concepción realista como una cuestión material, para posteriormente Descartes recuperar la idea del fantasma en la máquina perdurando hasta nuestros días donde es confrontada, a partir del siglo XX, con los nuevos modelos sujetos a paradigmas transversales como la Neurociencia, la Psicología o la Computación.

Llevo días reflexionando sobre este tema, leyendo y rememorando conocimientos y autores. Es complicado que el cerebro medite sobre él mismo, y más concretamente, sobre su expresión fundamental e intangible: la mente; al ser ésta una propiedad escurridiza del cerebro está sujeta a muchas interpretaciones pero pocas confirmaciones empíricas como la tradición occidental del Alma. Al final muchas personas tienen una postura respecto al alma que está fundamentada por su Sistema de Creencias, soslayando las evidencias, y a su vez entienden el mundo, y específicamente al ser humano, dentro de una caracterización del pensamiento mágico.

Primero, establecer qué es lo que deseo saber sobre la Génesis de la consciencia y qué podemos esperar.

Deseo conocer el estado actual de la consciencia y de la conciencia, una de las dudas filosóficas más ligadas a nuestra experiencia vital. Las razones son obvias, metafísicas y arraigadas en lo que la Humanidad se ha preguntado siempre en modo Kantiano: ¿Qué puedo esperar?

Esta pregunta nos resume de forma implícitas las otra preguntas que subyacen:

¿Quién soy?

¿Qué es el mundo y hasta dónde puedo comprenderlo?

¿Cómo me debo comportar?,

para saber en última instancia ¿cómo está a día de hoy este problema metafísico?

Segundo, cuál es el desarrollo cognitivo en la biografía humana.

El proceso de creación de nuestro «YO» implica pasar por todas las etapas cognitivas que la ciencia ha podido determinar a día de hoy.

Este desarrollo cognitivo es fruto de nuestras interacciones sociales, familiares, nuestra maduración del Sistema Nervioso así como de todos los elementos no materiales que conforman las experiencias subjetivas propias. Es lo que Thomas Nagel (2003) denomina QUALIAS . Dichas entidades son inmateriales pero tienen origen en un cerebro material que ha madurado y memoriza sus experiencias, aprendizajes, emociones, recuerdos, los falsos y los verdaderos, mediante la conectividad neuronal y el procesamiento del córtex.

Nos encontraríamos ante la postura materialista-realista de Aristóteles, la sustancia de los seres es material pero su mente es la forma, aquello que en Naguel podemos suponer como QUALIA.

Tercero, Repaso de las construcciones científicas actuales a la luz de la Filosofía del siglo XX y su laboratorio: la Computación y más concretamente la Inteligencia Artificial.

Génesis de la consciencia
Génesis de la consciencia

Test de Turing

El paradigma del Test de Turing (Revista Mind, 1959) implica que es nuestra consciencia la que atribuye consciencia a la máquina, presuponiendo que es inteligente y que posiblemente pudiera reflexionar sobre ella misma. Una conjetura, la de presuponer a la máquina consciencia, difícil de mantener puesto que escapa al sentido común el pensar que una propiedad como la autoreflexión en una máquina pueda emerger a partir únicamente de un proceso de «imitación».

La habitación china

En el experimento mental de «La habitación china» de Jonh Searle (Mentes, cerebros y ciencia, 1984) y sostenido después por Roger Penrose (La nueva mente del emperador, 1991) se intenta demostrar la inconsistencia del Test de Turing. En el experimento mental podemos colocar a una persona o una máquina dentro de una habitación. Esa máquina o persona recoge los símbolos y frases que están escritas en chino y, puesto que tiene un manual, sabe traducirlos sintácticamente: ergo… los devuelve en idioma español. Esa entidad en la caja o en la habitación no sabe qué es lo que pone en cada uno de los símbolos o frases que le llegan, es decir es incompetente semánticamente; lo que sabe hacer es la traducción entre los símbolos que están entrando en chino y los que salen en español. En este caso, claramente la muestra de inteligencia no presupone la consciencia ni la reflexión sobre la tarea ni tampoco de la propia entidad que traduce, a pesar de que supere el Test de Turing y la persona que suministra las frases en chino crea (le atribuya) su competencia como traductor consciente de chino.

La experiencia de ser un murciélago

La experiencia de ser murciélago de Thomas Nagel (Nagel, T., 2003, «¿Cómo es ser un murciélago?«, en M. Ezcurdia, O.Hansberg, La natulareza de la experiencia. Vol. I: Sensaciones, UNAM, México D. F., p. 46) es irreproducible puesto que no tenemos experiencia subjetiva, esto es, desconocemos la experiencia subjetiva del murciélago y, por tanto, no nos podemos imaginar su estado mental subjetivo, lo que llamamos Qualia, propiedad de la mente que no se puede cuantificar (no es mensurable puesto que no es material). Las qualia son las propiedades mentales emergentes y subjetivas que solo podemos presuponer a otras mentes basándonos en nuestras propias experiencias subjetivas.

Emergentismo evolutivo.

La Consciencia, sostiene Daniel Denett (La conciencia explicada, 1991), es una cualidad emergente en el proceso evolutivo que nace como necesidad de obtener información para sobrevivir, ocultándola a las otras mentes y engañándolas al esconder nuestra comida para que no nos roben, a la vez que intentamos averiguar qué piensan las otras mentes para obtener ventaja sobre ellas. Se basa, por tanto, en la Teoría de la Mente de forma que intentamos entender los estados mentales subjetivos de las otras mentes para adelantarnos a sus intenciones. La consciencia, para Dennett es una mera ilusión que nos hace pensar en nuestra transcendencia pero que simplemente es una cualidad que emerge del fisicalismo adaptativo en la evolución pero sin necesidad de apelar a las Qualias puesto que no hay nada diferente a la materialidad en la mente.

Las Neurociencias y la Psicología han encontrado en las Neuronas Espejo una forma de explicar parte de la Teoría de la Mente mediante mecanismos neuronales que intentan reproducir los estados mentales subjetivos de las otras mentes, es lo que llamamos Empatía.

La mente como coordinador y narrador.

 Actualmente, y a partir de un importante consenso científico, autores como Yuval Noah Harari, (2015) sostienen que la consciencia podría ser como una especie de narrador que crea  la sensación de unicidad del YO, es el propio individuo que se reconoce en esa coordinación de sistemas inteligentes que genera nuestro cerebro.

Cuarto, conclusiones e implicaciones

 Este pequeño recorrido por las propuestas sobre lo que puede ser la consciencia nos invita a pensar en las siguientes ideas.

No existe el fantasma en la máquina.

La afirmación deducida a partir del método cartesiano de que el cuerpo (res extensa) era la máquina y la mente o alma (res cogitans) era el fantasma parece que puede ser refutada a la vista de lo que nuestro paradigma científico está pudiendo establecer.

El mundo de la ideas de Platón se queda solo para los matemáticos.

Si no existe el alma tampoco ésta ha podido conocer un mundo superior perfecto y en el que habitan todas las entidades perfectas y, por ende, Aristóteles tenía razón y la mente estaba ligada forzosamente a nuestro cuerpo. Puro fisicalismo aristotélico. Sin embargo, el mundo matemático de triángulos perfectos puede que deba existir para dar explicación de la existencia de los triángulos del mundo sensible… no sé, que lo resuelvan los matemáticos… o quizás los neuropsicólogos.

La consciencia es un proceso darwinista.

Si atendemos a los postulados de autores como Daniel Dennett, la consciencia simplemente es una adaptación para aventajar a las otras mentes y controlar y usar la información en beneficio propio.

Las qualia

Otros autores como Nagel destacan la inmaterialidad (pero que dimana de lo material) de los procesos mentales subjetivos, personales, intransferibles e irreproducbles que denominamos Qualia, y que carecen de propiedades mensurables.

Emergentismo.

Tanto si hablamos de entidades orgánicas como nosotros o artificiales como los sistemas informáticos que intentan emular la inteligencia humana mediante técnicas de Inteligencia Artificial como los algoritmos de las Redes Neuronales, podemos presuponer que a mayor capacidad de cómputo y mayor eficiencia de los algoritmos de la IA, podremos ver como emerge una propiedad, que antes era inesperada, como es la Consciencia.

Autores como John Searle o Roger Penrose niegan que la Inteligencia Artificial Hard (fuerte) sea posible. Piensan que lo que estamos obteniendo son diferentes Inteligencias Artificiales Soft (débiles) que son mejores que nosotros en campos específicos del conocimiento o de las habilidades pero que no se encuentran, o no se podrán integrar, en una Inteligencia general como es la nuestra, en la que la Unicidad del Yo es la que crea el sentido de la Consciencia.

La consciencia como narración.

Autores como Yuval Noah Harari defienden la visión actual de la consciencia como narrador que crea orden y armonía entre los subsistemas inteligentes de nuestro cerebro.

Implicaciones.

Estamos tratando de dirimir varias cosas.

  1. ¿La Inteligencia Artificial Hard es posible? Si no lo es estamos eliminando la posibilidad de que la Inteligencia Humana sea reproducible en un sistema artificial computacional.
  2. No negamos la fisicalidad de la mente pero si que es posible la inteligencia sin consciencia.

Esto implica que el movimiento del Transhumanismo que pretende potenciar al ser humano, puede que deba abandonar el camino de volcar todos nuestros estados mentales a un ordenador para continuar viviendo nuestra consciencia (o sea nuestro YO) más allá de la muerte física del cuerpo.

Si un Sistema Informático maneja todos los estados mentales nuestros, a partir del momento en que los implantamos en ese sistema, mi YO continua en mi cuerpo, y mi nuevo YO ya no será YO sino una imitación con vida propia de mi mismo en el Sistema Artificial. ¿De qué me sirve clonar mi mente si ya no soy YO sino mi otro YO en la cubeta (cerebro en la cubeta)?

En todo caso el Transhumanismo deberá velar por la continuidad con calidad de vida de nuestro cuerpo y nuestra mente, vivir lo máximo posible en este cuerpo, pues pasarme a San Junípero (Black Mirror, 3º Temporada) no es eternizar mi YO, es clonarlo.

Finalmente podemos entender Inteligencias Artificiales sin Consciencia, para lo bueno y para lo malo. La Consciencia nos interpela continuamente, nos hace humanos pero, algunos dirían, poco eficientes. No hablo de la Conciencia Moral, hablo de la Consciencia autoreflexiva.

Podemos esperar un futuro en el que convivamos con entidades muy inteligentes y que no necesiten la Consciencia, que abandonen las emociones y que traten los recuerdos como simples bases de datos sin carga sentimental.

Y a la larga, incluso, ser sustituidos por nuestros descendientes: las entidades artificiales sin Consciencia. Los propios humanos habremos matado al Fantasma en la Máquina.

Génesis de la consciencia y qué podemos esperar
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