¿Cuál debería ser un buen plan de estudios? Aquél que ayude a decidir a los alumnos a tomar decisiones que aumenten su autonomía e iniciativa, que les proponga la reflexión y las búsquedas alternativas a las ofertas culturales y mediáticas actuales, que les capacite para proyectar su carrera profesional o que les permita imaginar un mudo mejor, más respetuoso con los demás, que tenga cuidado de su propia persona (física y mentalmente), del medio y que sea solidario. El que permita que la Filosofía se enseñe en los Centros Educativos y que se imparta desde las necesidades de los estudiantes para ayudarles a conformar su pensamiento y su capacidad de razonar. Pero parece que la inadecuada disposición y capacidad de los políticos españoles está enterrando cualquier luz de esperanza sobre nuestro futuro. 

¿Cuál es el origen y realidad de los actuales planes de estudio?

• Están dirigidos a las clases subalternas (los hijos e hijas de los trabajadores)
• Están diseñados para cumplir con las necesidades del sistema productivo de personas cualificadas en la Era Industrial.
• En su fundamentación se escogieron como modelo las asignaturas que se impartían en Harvard en el siglo XIX y las ideas de enseñanza pública del modelo napoleónico así como la orientación a las ciencias del modelo alemán.

El momento actual se caracteriza por:

• El sistema económico tiene menos necesidad de trabajadores para producir mucho más.
• El trabajador debe ser muy técnico y especializado.
• Casi cualquier trabajador está amenazado por la sustitución de un robot.
• Las competencias educativas son el escenario de las necesidades del sistema productivo actual:
  • Comprender
  • Transmitir
  • Operar

Las reformas educativas, tristes pérdidas de tiempo

Las reiteradas y decepcionantes reformas Educativas en España han potenciado el sistema económico neoliberal y han simplificado progresivamente las competencias necesarias de forma y arte que ya no contemplan ni la Filosofía, la Literatura, la Historia o cualquier otra materia que utilicen las competencias propias del razonamiento, el conocimiento del pasado, economía de los comunes, la identidad personal y colectiva… Esta situación se encadena reforma tras reforma bajo supuestas bondades que solo están sujetas a las instrucciones del Modelo Económico Europeo y las prerrogativas ideológicas de cada facción política-religiosa.

Los políticos, técnicos, pedagogos y demás personajes alrededor de los servicios educativos que planifican y determinan cuáles son las necesidades educativas, no saben cómo afrontar los tiempos actuales, se mueven según las recomendaciones de supuestos expertos (pagados por bancos o organizaciones empresariales internacionales: PISA y otros informes camuflados como investigaciones científicas).

El futuro incierto de la Filosofía

Cada nueva hornada representada por una nueva Ley de Educación despoja de pensamiento, raciocinio, sentido crítico y oportunidades para las clases subalternas. La Filosofía casi está extinta en nuestro Sistema Educativo. Por contra las asignaturas técnicas y de la comunicación son ensalzadas como Competencias Claves o Básicas.

Antes de ser reemplazados por los robots podemos seguir en las cadenas de producción, siempre y cuando sepamos entender las órdenes que nos den los cuadros dirigentes y si sabemos transmitir a nuestros subordinados correctamente los objetivos que nos han sido (implantados) explicados, a la vez si somos capaces de realizar las operaciones adecuadas para ejecutar las instrucciones correctamente. Es decir, las competencias básicas que en cada legislatura se encargan de implantar en el sistema educativo los políticos españoles bajo las «recomendaciones» internacionales.

La Filosofía no sirve para reponer los estantes del Mercadona,  servir paellas en los chiringuitos playeros o vender seguros… a pesar de que muchos estudiantes de Filosofía y verdaderos pensadores se vean obligados a realizar esas actividades laborales.

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