El pueblo inglés siempre me ha sorprendido por su practicidad y, por eso, lo he admirado. Supo hacer una revolución mínimamente social (1642-1689) para salir de la Edad Media eliminando el poder absoluto de sus monarcas, marcando el camino a otras revoluciones como la americana y la francesa (aquí no nos enteramos), supo encontrar la forma más directa de iniciar la Revolución Industrial, tener una de las corrientes Filosóficas más pragmáticas, aplicar los avances tecnológicos con una perspectiva utilitaria importante… En definitiva, son los iniciadores del mundo actual para lo bueno y lo malo. Este breve homenaje al espíritu inglés (y a los países anglosajones) es para exponer cómo la transformación que iniciaron de los bienes comunales en bienes privativos ha marcado los casi tres siglos de nuestra era contemporánea.
Cuando el economista David Ricardo nos explica (resumo a nivel divulgativo y no con intención académica) el fenómeno de los cerramientos de las tierras, anteriormente, comunales como, en parte, impulsor del dinamismo industrial inglés, analiza «y nos vende» las bondades del uso privativo puesto que «obliga» a que el mercado regule las relaciones económicas y sociales de manera y forma que las personas desposeídas deban migrar a las ciudades como mano de obra a disposición de los industriales para vender su fuerza de trabajo. Las tierras marginales y la población existente, nos explica, son los valores de contraste en el mercado de las rentas de los terratenientes y la medida del valor de las tierras de cultivo, de las más productivas y de las de menor producción.
Esta supuesta bondad surgida de la privatización de los recursos, anteriormente explotados en común, se postula como la panacea del progreso industrial que se quiere asimilar al progreso social, lo cual casi nunca es cierto.
Después de casi tres siglos de experiencias privatizadoras, primero con el cercamineto de bosques y tierras, después de edificios públicos, servicios públicos, el agua, la energía, los derechos sobre el pensamiento y las obras fruto del arte y la intelectualidad… surgen con fuerza las ideas que quieren recuperar lo que siempre ha sido de todos, lo común.
Y es en Inglaterra donde el movimiento de defensa del patrimonio común se inició hace muchos siglos y ahora vuelve con fuerza.
A Aristóteles no se le hubiera ocurrido patentar sus ideas sobre el mundo. Podía cobrar (y lo hacía) por sus clases, por la tutorización de Alejandro Magno, pero no era «natural» encerrar sus ideas y privarlas a los demás. La metafísica no es algo exotérico, son los apuntes de un alumno de la asignatura que impartía Aristóteles en el Liceo sobre los contenidos que están más allá (meta) de la asignatura de la Física. Apuntes que se difundieron sin «derechos de autor»
El uso de ideas y conocimiento permitió superar las diferentes etapas de la humanidad. Los intercambios comerciales fueron los que transportaron las ideas y las técnicas, y nadie pensó en patentar el cultivo ni las semillas.
La Ruta de la Seda se cimentó sobre el transporte de un producto, cuyo conocimiento sobre el proceso productivo era ocultado para preservar el beneficio en China. ¿Quien iba a poner puertas al campo? expresión que nos recuerda que los procesos privatizadores de los bienes comunes están abocados al fracaso, puesto que era inevitable saltarse la prohibición del tráfico de gusanos de seda y de la técnica de hilado. Rápidamente se transformó en conocimiento universal.
El Capitalismo se basa en privatizar y transformar en mercancías todos los bienes, tangibles e intangibles para acumular capital. Por eso que la privatización de la sanidad y la educación es una tendencia «natural» del Capitalismo para comerciar con las personas.
Las máquinas. robots y procesos automatizados están expulsando a los trabajadores de los sistemas de producción, igual que los cercamientos expulsaron a los campesinos de las tierras comunales. En este momento, la plusvalía que se obtenía de la fuerza de trabajo de cada uno de nosotros ya no es posible obtenerla dado que cada vez trabajamos menos.
Como consecuencia el Capitalismo se estanca, deja de crecer y nos aboca a otra inmensa crisis. Si no hay crecimiento, la acumulación de capital, a partir de la plusvalía, no sirve puesto que nada más podemos crear si ya todo está explotado.
Debemos volver a no ser mediatizados por otros. Antaño el trueque e intercambio de servicios: «yo te pinto la casa y tú me das parte de la cosecha« era lo habitual. Hasta hace menos de un siglo en la zonas rurales se podía vivir de esa forma, y no digamos, hasta hace unas décadas, en la periferia de los países capitalistas: el tercer mundo.
Sin embargo, la valoración equitativa que se establecía entre las personas, de igual a igual (al menos en teoría) desapareció cuando se interpuso el valor arbitrario del dinero y sin referente respecto a alguna riqueza objetiva.
¿Quién determina el valor del esfuerzo y sueldo de un profesor o de un ejecutivo de una gran empresa? ¿Cuál de los dos debería cobrar más, el que forma a nuevos ciudadanos cualificados para la sociedad o el que hace ganar mucho dinero a la junta de accionistas?
Cuando los bancos han conseguido ser los árbitros de la economía y dejamos de pagar directamente con nuestro dinero o trabajo, y lo hacemos mediante tarjeta bancaria o anotación en la libreta de ahorro, nos eliminan del proceso de decisión y la autonomía de nuestras valoraciones económicas respecto a lo que deseemos comprar.
Ellos nos administran el supuesto valor de nuestra fuerza de trabajo y nos engañan respecto al valor que dicen que tenemos en el banco. ¿A cuántos no les han afectado las preferentes y ahora no tienen nada con lo que demostrar el valor del esfuerzo de toda una vida de trabajo?
Recuperemos la dignidad, aprendamos a ser autosuficientes, volvamos a ser personas valoradas, no por una cifra en el banco (que siempre está disminuyendo) sino por nuestra valía como individuos de una sociedad sana, sin corrupción y capaz de mantenerse sin que nos alimenten en los McDonals o nos sumerjan en el «Sálvame DeLuxe»
Aprendamos a construir y fabricar cosas, desde recambios para nuestro medio de transporte urbano: la bicicleta, hasta la herramienta de trabajo: un tractor Open Source de Open Source Ecology CEO Marcin Jakubowski: @OSEcology
Larga vida a los comunes y al conocimiento en abierto !!
Disfrutar del vídeo !!
Si te parece interesante este post, por favor, difúndelo o comenta tu opinión o discrepancias. Gracias
Pingback: Bitacoras.com
Pingback: Del conocimiento y de los comunes al tractor op...