No puedo evitar la reflexión sobre los acontecimientos actuales sobre el ébola. Todos los mass media, los políticos, los sindicatos, los técnicos buscan la razón del primer contagio en Europa de está llamativa enfermedad.

Ya os adelanto que el origen, causa y problema de este primer contagio de ébola es el Sistema Educativo actual.

Analicemos la situación. El «bichito» (como algunos antaño denominaron a los virus que irrumpían en la salud pública), es un virus no muy fácil de transmitirse salvo si no es mediante el contacto directo; al menos es lo que se cree por ahora. El contacto parece ser una condición necesaria para infectarse. Fruto de este modo que tiene de transmitirse el virus, los expertos han analizado y decidido cuáles son los protocolos más adecuados para tratarlo.

Hasta ahora no afectaba a las conciencias occidentales lo suficiente, excepto para reportajes y programas esporádicos en los medios de comunicación, en algunos congresos y en algunas ONG. ¿Por qué?

1. Es una enfermedad extraña pero similar a otras pandemias como el SIDA, la Peste bubónica, determinadas cepas de la gripe... Y todas han sido, nos explican nuestros gobernantes, controladas.

2. Afecta al Hemisferio Sur, concretamente a África y ya sabemos que, para los Occidentales, África queda lejos y es muy «primitivo».

3. Afecta a los pobres, tanto a los países subdesarrollados como a las personas que allí viven y, consideramos que no tienen nuestro nivel de vida. Por lo que les atribuimos más capacidad para el sufrimiento, menos conocimiento, peores condiciones de salubridad, pocos recursos, creencias que facilitan la situación precaria que tienen… Pero no nos damos cuenta de que su forma de vida era la adecuada a cómo vivían en el pasado hasta que los occidentales y los países del norte de África decidieron ir a colonizarlos, evangelizarlos y convertirlos. Sus modos de vida, más integrados en el entorno natural, a los recursos locales… fueron transformados por la visión Occidental, por lo que han naufragado en un océano de relaciones capitalistas desde su pequeña balsa de recursos locales.

4. Teníamos la sensación de que estábamos aislados de la enfermedad: «era una epidemia africana»

5. Nos espanta cómo se mueren los afectados, nos asusta no tener tratamiento, desconocemos mecanismos secundarios de transmisión… y es una enfermedad muy cara que implica conocimientos avanzados en microbiología, planificación de Salud Pública, recursos técnicos, preparación y adiestramiento del personal que atiende a los enfermos, ensayo y práctica del personal que debe capacitarse para enfrentarse a la enfermedad.

¿Y qué hemos visto en España? Pues que algo está fallando y una persona ha contraído el ébola. Ahora lucha por su vida, pero los responsables políticos han intentado culpabilizarla. Ella es Teresa Romero, sanitaria que atendió a los dos casos importados de África, y le atribuyen errores, incluso, sugieren, intencionados. Para nada. A Teresa la ha contagiado del virus el mal de que sufrimos la mayoría en España: la desidia en toda la cadena de decisiones fruto del Sistema Educativo que nos imponen nuestros gobernantes que nos ha formado como personas incapaces de afrontar los problemas inesperados. Nuestro Sistema Educativo prima el conocimiento, no cómo hacer las cosas y con qué actitud hacerlas.

Vengo insistiendo en lo importante que son los procesos productivos y la formación para afrontar dichos procesos. Aquí lo vuelvo a remarcar puesto que un protocolo no deja de ser un proceso dentro de un entorno productivo, en este caso sanitario. El protocolo para atender a los enfermos que «decidieron» los expertos, olvidaron de dotarlo de la Metodología que debería acompañar al entrenamiento, ensayo y práctica. Olvidaron que los errores pueden ocurrir, que cualquier componente redundante en la aplicación del protocolo, como es la vigilancia de 2 personas en el proceso de vestir y desvestir el traje, es necesario y «no tiene precio» ante la situación de graves consecuencias que hemos visto que tiene.

Posiblemente en otros países el protocolo nuestro sea suficiente pues su forma de realizarlo sea la correcta. En nuestro caso, el Sistema Educativo no nos ha formado para aplicar todas las variables que entran en juego en una competencia como son: El saber, el saber hacerlo y las actitudes para hacerlo. Y para ello necesitamos personas que planifiquen contando con que los errores pasan, y el trabajo en equipo, la iniciativa de los trabajadores, los recursos adecuados y suficientes deben planificarse siempre y no dejar «a la suerte» que no ocurra nada. Se llama RIGOR y no debería tener visión cortoplacista típica de los políticos.

Estamos acostumbrados a que muchas veces los errores no son fatales.

He trabajado en empresas y organizaciones que una vez estás dentro te preguntas cómo es que funcionan, ganan dinero y sobreviven pues el estado de mediocridad es tremendo, en las que se coarta la iniciativa de los trabajadores, los recursos son limitados e insuficientes para conseguir los objetivos que tienes de satisfacer al cliente, en el producto o en el servicio. Eso nos lleva a una desidia y escaqueo impresionante de las personas «implicadas» (ojalá fueran implicadas), mejor decir personas adjudicadas como simples recursos al proceso.

Hasta que no aprendamos a trabajar mediante una metodología eficiente, implicadora, colaborativa, con visión del trabajo a realizar, con autonomía suficiente para analizar y resolver problemas, con asignación de recursos suficientes… Mientras no tengamos esto… por favor, que la Epidemia del Ébola no se declare en este país.

Podemos ver la potencia de la metodología en el Principio de la Palanca en el Aprendizaje.

Recordemos la Ecuación del Aprendizaje en la que la praxis y las conductas son fundamentales:

Ecuación del Aprendizaje en los Procesos productivos
Ecuación del Aprendizaje en los Procesos productivos

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Ébola: culpable, el Sistema Educativo
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2 pensamientos en “Ébola: culpable, el Sistema Educativo

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  • 15 octubre 2014 a las 11:59
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    Estamos de acuerdo en que hubo improvisación y con el tiempo se han ido ajustando y superando los errores. ¡Claro, la situación obliga! Y eso es lo que me preocupa de este país: se hacen las cosas bien (o se intentan) cuando ya has hecho el ridículo y el gasto económico y en prestigio es excesivo.

    Como comento en el post, es un mal endémico de nuestra forma de aprender y de afrontar las actividades humanas, Y esta forma de enfrentarnos a los retos solo la puede modificar la Educación, en la que prime el hacer las cosas con rigor, sin visión cortoplacista y para «cubrir el expediente» (si nadie se da cuenta… yo ya he cumplido). Eso es lo que pasa, que no te puedes fiar del producto del que está antes que tú en la cadena de decisiones o de producción.

    Esta falta de confianza es fruto de siglos de hacer las cosas para salir del paso, sin implicación de las personas que están en la cadena de los acontecimientos.

    Ejemplo: En una cadena de producción de cualquier industria, ¿los responsables qué piden? que los operarios sepan analizar las situaciones, tomar decisiones, sepan anticiparse a los problemas, sepan comunicarse con los compañeros para buscar soluciones… Pero cómo lo van a hacer si no nos lo han enseñado en la Escuela.

    ¿En qué educación ordinaria ( no digo de las élites ) se nos ha enseñado a colaborar, tener visión de futuro, analizar y resolver problemas, tomar decisiones, ser autónomos, tener iniciativa, tener ideas innovadoras y divergentes, tener visión y liderazgo?

    Por lo tanto, no esperemos mucho más que desidia en al cadena de acontecimientos. Pues muchos piensan, «si el jefe lo quiere así, sabiendo yo que no es correcto, lo deberé hacer así, pues es lo que me han enseñado y ya me han dicho que yo no estoy aquí para pensar, sino que estoy para trabajar. Hago mi trabajo y si ocurre algo… yo solo seguía instrucciones»

    Y lo lamentable es que no podemos salirnos de ese círculo dañino, no nos lo permite el sistema. Raro es que no ocurran más desastres…

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